Un viaje mágico, lleno de nostálgica alegrÃa, constantes reflexiones y dudas del valor de una verdadera vida.
No podrÃa llegar a describir un viaje como éste, el más importante hasta ahora para mà personalmente. No se trata del viaje convencional que harÃa cualquier turista, tampoco trata de la Colombia moderna de las capitales; son las experiencias de la vuelta a un pequeño pueblo del paÃs latino.
Colombia, un destino muy conocido y cada vez menos temerario. A pesar de la fama que le persigue año tras año, potenciada por las constantes telenovelas y series que abarcan como mayor y único tema el narcotráfico, no deja de ser un paÃs maravilloso el cual está en crecimiento económico y turÃstico.
En mi caso, ha sido un viaje emocional redescubriendo mi infancia, mis orÃgenes y gran parte de mi. Tras más de 10 años sin volver y sin ver a mi extensa familia, tuve el regalo de poder reunirme con ellos una navidad; retornando al lugar donde ese niño tÃmido de 7 años partió, ignorante de su futuro y las posibles oportunidades que le esperaban.
Conservo muchos recuerdos de mi niñez, pero a tan poca edad no era consciente del mundo ni la vida; en este momento, todo lo contrario. Perdido entre el contraste de diferentes mundos y maneras de vivir, despierta en mi una constante reflexión sobre el modelo de vida programado que seguimos sin cuestionarlo si quiera y la búsqueda de nuestra felicidad propia.
Tiempo Trabajo Dinero Felicidad
Llegada y reencuentro
Fue un largo viaje, pero aun asÃ, no era consciente de estar en una silla con rumbo al reencuentro; reencuentro con mis familiares, con mis recuerdos, con el lugar donde un dÃa nacà y no conocÃa más allá de pequeños momentos congelados en mi mente.
Pasaban las horas y no podÃa evitar esa tensión interna; demasiados años pensando en volver un dÃa sin poder hacerlo, como un hecho esperado a corto plazo que no dejas de prorrogar. Gracias a ella, mi fiel compañera; quien tuvo el detalle de hacerlo posible, dejándose llevar por esa locura que se desata con pasión y sin ninguna duda.
Al salir del avión ya sientes la calidez del clima y de las personas, encontrándote en un entorno totalmente diferente.
Tras pasar la última puerta no pude evitar las lágrimas, con la sensación interna de haber reencontrado una parte de mi, un pequeño inmenso vacÃo el cual tenÃa pendiente enfrentarme. Apenas tenÃa palabras para esas personas tan cercanas en mi memoria pero que, debido a distancia y ritmos de vida diferentes, no las conocÃa más allá de mis recuerdos y llamadas.
HabÃamos empezado el camino de vuelta al pueblo donde provengo en una buseta. No dejaba de mirar la cara de todos, sin soltar a mis abuelos, observando la nostálgica alegrÃa de aquel momento; observando el maravilloso paisaje, donde una carretera atravesaba extensos campos de caña de azúcar guiada en su recorrido por gigantescos Samanes.
Carretera a GuacarÃ
Notaba como allà el tiempo avanzaba más pausadamente, como si apenas hubiera estado lejos y no hubiesen transcurrido los años. Todo resultaba cercanamente desconocido; parecÃa que aquel niño inocente nunca hubiese marchado.
Llegando a mi pueblo natal, comenzó el contraste de vidas, de gente, de miradas, de calles e historias. Apenas conseguÃa recordar mi barrio, las cuadras que recorrà de pequeño y mi casa. Aún asà sus calles no habÃan cambiado; familias sentadas en la puerta, perros sueltos caminando sus propias aventuras, un sin fin de motocicletas atravesando las calles en ambas direcciones, puestos de arepas y todo tipo de comida y sobretodo, mucha música.
En el centro del pueblo hay un constante bullicio, donde se centran la mayorÃa de comercios (exceptuando todos aquellos que están en las propias casas). Debes ir con cuidado debido al constante cruce de vehÃculos y peatones; mayor aún en fechas navideñas, puedo afirmar que nunca habÃa visto tal cantidad de tráfico de motocicletas.
Todas las fotografÃas son actuales, aunque tengan semejanza con algunas décadas anteriores; muchas cosas no han variado y es la esencia que aparece en la combinación de lo perteneciente a otras generaciones pasadas y su preservación en las nuevas.
GuacarÃ
No dejaba de sorprenderme por cada detalle. Atravesamos casi todo el pueblo hasta llegar a mi carrera donde se encontraba la casa. Más familia me esperaba con una frijolada y muchas sonrisas; en la mesa se escabulló la mascota de la familia, "robando" todo lo que podÃa a su diminuto paso.
Quién dirÃa que verÃa a una lora comer arroz y pollo, andando libre por todas parte pidiendo mimos.
Acabamos la comida con un tinto mientras descansábamos un poco; quedaba mucho dÃa por delante y familia por visitar.
Se respiraba mucha tranquilidad y calma, con el viento entrando por las ventanas refrescando el calor del valle. Nos sentamos con una poker mientras hablábamos del viaje; en la otra mano una cuchara con manjarblanco recordándome más momentos de mi bonita infancia.
- buseta , bus de tamaño más pequeño
- samanes , árbol de gran tamaño tÃpico de Colombia (Aparece en la moneda 500 pesos)
- cuadras , calle perteneciente al espacio entre los dos cruces de una manzana
- arepas , alimento de maÃz con forma circular
- carrera , calles de sur a norte
- frijolada , plato tÃpico colombiano
- tinto , taza de café
- poker , cerveza colombiana
- manjarblanco , crema parecida al dulce de leche