Desde hace poco más de un par de años descubrí la Costa Brava, por casualidad o destino, llegué hasta estas tierras llenas de distintos paisajes combinados en una misma zona con infinitos rincones.
Una vez recorrido el pueblo, y subido los más de 200 escalones de su mirador, cogimos un Willys para poder llegar hasta el Valle del Cocora. Me sorprende cómo podemos ir 15 personas en ese mismo coche, a parte de la carga de limones y mangos; aún así "va ligero"
Tras una caminata subiendo la montaña, perdiéndonos por sus caminos nos atrapó la niebla, sin poder ver la copa de los árboles ni las impresionantes palmas de cera de más de 30 metros de altura. Sin ninguna comunicación y solo la cámara para capturar aquellos paisajes y momentos, seguíamos por elevados y estrechos senderos de barro.
Recuerdos y más recuerdos no dejan de reaparecer en mi mente; en cada esquina observo detalles, preservados como si fuesen dos días y no más de una década desde que recorría de niño aquellas cuadras.
A los dos días tras la llegada, cogimos una buseta destino Guadalajara de Buga; donde viví la mayor parte de mi infancia colombiana.
¡Qué diferente se siente! unas navidades en camiseta, a más de 30 grados; con ganas de salir a refugiarme a la sombra de los samanes del parque refrescándome con algún jugo o un cholado. Dejando atrás esas navidades frías con el viento cortante en la cara, los labios agrietados y la tramuntana calada dentro del cuerpo...
Un viaje mágico, lleno de nostálgica alegría, constantes reflexiones y dudas del valor de una verdadera vida
No podría llegar a describir un viaje como éste, el más importante hasta ahora para mí personalmente. No se trata del viaje convencional que haría cualquier turista, tampoco trata de la Colombia moderna de las capitales; son las experiencias de la vuelta a un pequeño pueblo del país latino.
A pesar de haber vivido allí un par de años en mi infancia apenas recuerdo vagamente sus calles, por lo que cada vez que regreso es nuevo para mí; sus diferentes ambientes fundidos en un mismo espacio es lo que más me atrae, combinando las construcciones modernas de los últimos años con los elementos históricos de su gran pasado
Desde hace poco más de un par de años descubrí la Costa Brava, por casualidad o destino, llegué hasta estas tierras llenas de distintos paisajes combinados en una misma zona con infinitos rincones.